El juego es cosa seria
Hoy me toca compartir un par de claves de por qué la terapia con los niños funciona. Estas líneas están dedicadas fundamentalmente a aquellos padres que se resisten a que sus hijos estén en terapia.
Aquí va:
- Cuando una mamá o un papá trae a su hijo a terapia:
Ese gran ser en un pequeño cuerpo ya puede sentirse diferente. Tuvo un momento de atención privilegiada mientras le explicaban, en el mejor de los casos, dónde iba, el camino al consultorio, la sala de espera, la vuelta a casa… son momentos privilegiados que pueden ser únicos.
- ¿Qué pasa dentro del consultorio?
Nuestro hijo o nuestra hija descubre a alguien disponible. El psicólogo o psicóloga no tiene ningún tipo de interrupción (normalmente) en la terapia. Puede pasar 40 minutos de corrido en el piso, o en una mesa a su altura, jugando y hablando con una concentración total en la sesión.
Los chicos son «libres» en el consultorio. Esto no significa que no hay encuadre o regulación, significa que los niños no se sienten juzgados; por lo contrario, sienten un gran interés hacia su persona, un adulto disponible y con ganas de acompañarlos para que estén mejor.
Los psicólogos y psicólogas sabemos que el medio de expresión de los chicos es el juego. Es la herramienta con la que trabajamos en la terapia con niños. Cuando un niño juega, no pierde tiempo. El juego es “cosa seria”, porque mediante este constituye su subjetividad y es la forma a partir de la cual aprehenden el mundo. Además, es el medio por el cual elaboran situaciones angustiantes y traumáticas. Como terapeutas, el tipo de juego que el niño establezca es indicador de diagnóstico diferencial y nos permite dilucidar el modo en que su personalidad se va construyendo. Para nosotros, es una herramienta eficaz, porque es su medio de expresión por excelencia. Cuando un psicólogo trabaja con adultos, puede utilizar la palabra, el cuerpo, el dibujo, el baile… pero, cuando acompañamos a chicos, pasamos la mayoría del tiempo jugando.
Los medios que podemos poner a disposición para los niños en un consultorio son: masas plásticas (plastilina, en Toulouse, Francia le decimos pate à modeler), pinturas, marcadores, pinceles, figurines como playmobil, muñecos, títeres, una salita de teatro, etc. Todos objetos corrientes que pueden servir como mediadores, soportes a partir de los cuales los niños expresan sentimientos, miedos, frustraciones, cambios o situaciones angustiantes.
Muchas veces en las primeras sesiones, sobre todo con madres, les pregunto qué es lo más importante en su vida, y te lo pregunto a ti ahora…. ¿Qué es lo más importante en tu vida? uno… dos…. nueve… cuatro… generalmente lo primero que aparece no es WhatsApp, tener una casa ordenada, limpia, comida rica, ser una excelente profesional, ser buena amiga, ser buena en la pareja, ser quien contesta muy rápido los mensajes; antes que todo eso, aparece: lo más importante son mis hijos… antes que el marido, antes que nuestras propias vidas.
Y, con esta reflexión, termino. Si cuando vemos que nuestros hijos están pasando un periodo difícil, por qué llevarlos como primer recurso a ver un profesional antes de intentar poner en práctica detalles tan sencillos como tiempo de calidad, donde lo único que existe es ese o esos hijos. Compartir momentos especiales que marquen una diferencia, tanto en ellos como en nosotros, abrazarlos, mimarlos, escucharlos, estar. Puede que decidamos llevarlos a ver a alguien; como es nuestra profesión, es un gusto recibirlos (que quede claro: me encanta acompañar chicos y chicas), pero intentemos que sea algo temporario para poner en práctica nuevas formas de comunicarnos, de acercarnos a ellos y, sobre todo, en el mejor de los casos, que ellos sepan el lugar de importancia que tienen para nosotros.
Dejo un abrazo especial para todas las mamás que estamos lejos de nuestro país de origen, y sabemos que ser madres aquí es ¡un gran aprendizaje!
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