Talleres de Constelaciones Familiares
Próximos encuentros
Los talleres grupales son presenciales , en Toulouse (Metro Saint-Michel – Train Saint Agne)
Participación: 110 €
Temáticas de los últimos talleres:
Vivir en el momento presente • La relación con nuestros padres • Las etiquetas de la infancia • Nuestra relación con la madre • La pareja • La importancia de conocer nuestra historia • Sanar nuestras relaciones • La importancia de conocer nuestra historia • Perdón o reconciliación • La abundancia • Asentir a la vida como es • Practicar la fuerza del amor • La violencia como instrumento de paz
Entrevista a Brigitte Champetier de Ribes
Hablemos sobre cómo pueden ayudar las Constelaciones Familiares a los migrantes. Sobre qué es el amor incondicional y muchas cosas más. Gracias Brigitte por tu generosidad.
Preguntas Frecuentes
Heredamos traumas y dificultades que pertenecieron a nuestros ancestros, y muchas veces los vivimos como propios en nuestra vida cotidiana.
Cada célula de nuestro cuerpo lleva la información de todos nuestros antepasados. Esto se refleja externamente en nuestro color de piel, ojos, la forma de nuestro rostro y manos. Y, en nuestro día a día, en nuestras dificultades, bloqueos, traumas y enfermedades, así como en nuestras fortalezas, dones y cualidades.
Nuestros ancestros viven a través de nosotros. Parte de lo que ellos no pudieron sanar, lo heredamos. Y lo que nosotros no logremos sanar, quedará como una carga para las generaciones siguientes. Sin embargo, todo lo que logremos integrar y sanar beneficiará profundamente a nuestros hijos y a nuestros descendientes.
Los talleres de constelaciones familiares nos permiten descubrir y sanar patrones familiares que se repiten generación tras generación en nuestros sistemas familiares.
Gracias a estos talleres y al poder del trabajo en grupo, podemos sanar lazos conscientes e inconscientes de lealtad hacia nuestros padres y ancestros. Aprendemos a aceptar nuestra historia exactamente como fue, dejando atrás la necesidad de cambiar a otros para ser felices y entrando en la madurez emocional, donde somos nosotros quienes transformamos nuestra vida.
Sanamos las relaciones más importantes de nuestra vida. Trabajamos profundamente para reconciliarnos con nuestros padres de un modo incondicional, y al hacerlo, encontramos la fuerza para vivir la vida tal como es.
¿Qué encontrarás en este taller?
Nos reunimos en un espacio acogedor en el centro de Toulouse, cerca del metro Saint Michel y de la estación de tren Saint Agne.
Los grupos son de entre 15 y 23 personas, lo que permite una experiencia cercana y enriquecedora, aunque la mayoría de los participantes no se conozcan entre sí. Este ambiente facilita una conexión genuina y un aprendizaje compartido.
Cada encuentro se centra en un tema específico, como “La relación con nuestras emociones” o “El equilibrio entre dar y recibir”. Cada participante tendrá la oportunidad de explorar las emociones o situaciones que experimenta de forma recurrente, incluso aquellas que surgen sin razón aparente.
También realizaremos ejercicios sistémicos para profundizar en las relaciones que impactan en tu vida: con padres, pareja, hijos, o incluso con situaciones que generan rechazo o conflicto.
¿Cómo se desarrollan los encuentros?
Cada sesión tiene tres momentos clave:
Introducción al tema: Comenzamos explorando el tema del día desde la perspectiva de las Constelaciones Familiares y la psicología sistémica, para comprender la filosofía que guía esta práctica. En este espacio inicial, responderé a tus dudas y compartiré reflexiones que te ayudarán a conectar con tu propio proceso.
Ejercicios en grupo: Trabajamos en pequeños grupos para explorar relaciones y situaciones que cada uno desee transformar. Estos ejercicios son intensos y reveladores, brindándote una nueva perspectiva sobre tus relaciones y experiencias.
Constelaciones familiares: Guiados por la energía colectiva y no desde la mente, realizamos constelaciones familiares. A través de representantes, damos voz y movimiento a los miembros de un sistema familiar, permitiendo que las dinámicas ocultas se revelen. Por ejemplo, si alguien desea trabajar su relación con el dinero, utilizamos la figura de la madre como un reflejo simbólico de esta energía. El grupo participa sin juicios, siguiendo impulsos naturales que van surgiendo en cada momento.
Juana es elegida ese mismo día para realizar una constelación. Nos compartirá en pocas palabras (dos o tres frases) el tema que desea trabajar. No damos mucha información para evitar condicionar a las personas que la representarán a ella y a su sistema familiar.
El grupo se pondrá al servicio de esta persona y representará, cuando sea necesario, a los miembros de su sistema familiar y a ella misma.
¿Cómo se hace una representación?
Puedo designar a alguien para que represente, por ejemplo, a la madre de Juana, o una persona puede sentir el impulso de participar en la constelación y representar a un miembro de su familia sin saber quién es. Mientras estamos en representación, no estamos haciendo psicodrama; somos movidos por la energía del campo y actuamos como canales, recibiendo así en nuestro cuerpo la información de la persona que representamos. Por ello, es muy importante que nuestro cuerpo nos muestre los movimientos, y no nuestra mente.
Por ejemplo, si Juana desea constelar su relación con el dinero, en las constelaciones familiares asociamos la energía del dinero con la energía de nuestra madre. Por lo tanto, comenzaremos la constelación con una persona que representará a su madre y otra que representará a Juana.
Todos los demás participantes sentirán si deben involucrarse en la constelación, ya que su cuerpo les indicará si sienten un impulso físico para entrar en la constelación o no. Este impulso físico es similar a las ganas de bostezar o la necesidad de movernos después de haber estado mucho tiempo inmóviles. Sentimos que debemos entrar en la constelación y realizar algún movimiento que no explicamos desde nuestra mente.
Según cómo se coloquen las personas, si se acercan, se miran, se alejan, etc., le propondré a Juana diferentes frases sanadoras que ella podrá decir, por ejemplo, a su madre. Podría ser en este caso: «Mamá, ahora te veo; ahora veo tus sufrimientos. Gracias por haberme transmitido la vida».
La constelación se irá desarrollando de esta manera, a través de las frases que Juana dirá y los movimientos que los representantes vayan mostrando. Poco a poco, iremos identificando cuáles son las relaciones que Juana necesita sanar, así como si existen lealtades o intrincaciones con miembros de su familia o ancestros.
Este proceso nos permite liberarnos de traumas y conflictos del pasado, sanar relaciones y tomar nuestro lugar en la vida. Así, encontramos la fuerza necesaria para dejar atrás lo que ya no nos sirve y avanzar con confianza y seguridad.
Te invito a experimentar por ti misma esta profunda experiencia de sanación, que solo podemos comprender realmente cuando la vivimos.
Sé que es posible vivir mejor, sanar nuestro pasado y encontrar la fuerza en el presente. Lo he experimentado en mi propia vida y he acompañado a muchas personas en este camino. ¡Te invito a intentarlo!
Si deseas más información, no dudes en escribirme directamente. ¡Con gusto te responderé!
Un abrazo,
Carmen
Toda persona mayor de edad, que tiene independencia emocional y económica, que puede decidir por sí sola, tomando por iniciativa propia hacer un trabajo personal, puede constelar.
Aquellas personas que están atravesando por un duelo reciente, como aquellas que estén bajo tratamiento psiquiátrico, es conveniente que no constelen hasta reponerse de su tratamiento y hayan atravesado la crisis. Esto es debido a que para poder capitalizar y recibir toda la información, es menester sentirse emocionalmente lo más estable posible.
Las Constelaciones Familiares son una herramienta terapéutica que nos permite ver, de alguna manera, la raíz de nuestros conflictos, sufrimientos, traumas y enfermedades.
No es una terapia convencional larga ya que en cada constelación vamos descubriendo cuáles son los patrones repetitivos que se hayan arraigados en nuestro sistema familiar. Trabajamos sobre nuestra historia personal pero, además, sobre el inconsciente familiar.
En todos los sistemas familiares hubo situaciones de sufrimiento, traumas, enfermedades, hambrunas, lutos no resueltos, situaciones de abuso, de poder, exclusiones, abandonos, abortos. Estas experiencias dolorosas vividas por nuestros ancestros, si no las incorporamos, las comprendemos y trabajamos sobre ellas, pueden repetirse de generación en generación.
Por medio de las Constelaciones Familiares buscamos dar a cada persona de nuestro sistema familiar su lugar, y así, tomar nuestro propio lugar.
Es necesario tener en cuenta que las Constelaciones Familiares NO son un tratamiento médico, sino una filosofía de vida para mejorar y enriquecer nuestra cotidianidad desde los principios del orden, la aceptación, la gratitud y el amor.
El creador de las Constelaciones Familiares fue Bert Hellinger, psicoterapeuta alemán especializado en las relaciones familiares, que vivió desde 1925 hasta 2019. Antes de ser terapeuta, estudió filosofía, teología y pedagogía. Fue sacerdote y vivió dieciséis años con los zulús, una tribu africana, como maestro misionero.
Durante su experiencia de vida junto a los zulús, Hellinger, aprendió una forma diferente de resolver conflictos o problemas considerando la influencia de nuestros ancestros en nuestras vidas.
Si bien las Constelaciones Familiares ya existían y se practicaban, su experiencia con los zulús le permitió darle otro enfoque y desarrollo que es el que actualmente conocemos. Es por eso que, años más tarde, tomando elementos de estas dinámicas tribales junto con los conocimientos de la psicología sistémica, dio origen, en la década de 1990, a una técnica propia de la terapia familiar: las Constelaciones Familiares, tal como él las concibió. En un principio se difundieron en Alemania y luego rápidamente su práctica se extendió por todo el mundo.
Gracias a su experiencia y a la colaboración de diferentes terapeutas, Hellinger fue perfeccionando las Constelaciones Familiares, por más de treinta años.
Podemos constelar todo aquello que sea importante para cada uno porque está afectando nuestra vida. Se puede constelar las relaciones de toda índole, (padres, hijos, pareja, etc.), los temas de salud, los asuntos laborales, los temas relacionados con lo organizacional, la dificultad para vivir en el momento presente, los problemas jurídicos o pedagógicos, la misión de vida, etc.
Las Constelaciones Familiares se pueden realizar de forma personal o individual, es decir: el consultante y el terapeuta, o de forma grupal. La teoría que sustenta la técnica es la misma, lo que cambia es la experiencia.
Cuando lo hacemos en grupo los efectos se potencian por la entrada en el juego de los sistemas familiares de los otros participantes: el campo se abre aún más y las posibilidades de hacer un salto cuántico en nuestra evolución personal se potencian.
Al principio, en un taller, es conveniente solo observar. El simple hecho de estar como observador externo, abierto a la dinámica y poniendo la energía al servicio de la constelación, es en sí una experiencia enriquecedora. También se puede participar de las constelaciones de otros tomando un rol en la representación de la situación, o bien proponer tus propios temas para constelar.
El facilitador ayuda a estructurar la dinámica, a leer y a interpretar las constelaciones. Al igual que del resto de los participantes, pone toda su energía al servicio de la constelación. El facilitador acompaña, interactúa con los representantes y con los consultantes para facilitar la expresión de las informaciones que están siendo recibidas. También introduce ciertas frases que al ser dichas por la persona tienen connotación sanadora, tanto para sí misma, como para su clan.
Nuestros sistemas familiares no se limitan a la pequeña familia con la que compartimos nuestra experiencia de vida actual. Somos parte de un sistema más grande: lo constituimos y él nos constituye. Sanar tu historia implica por resonancia, sanar y poner orden a todo tu sistema familiar, el del pasado y el de las generaciones futuras.
En el taller de Constelaciones Familiares que hacemos en grupo, todos los participantes realizan un trabajo sobre sí, desde sus diferentes lugares. Tanto los asistentes como los representantes abren su propio sistema. En todos los lugares se realiza un trabajo profundo, ya sea por identificación o por resonancia entre los participantes y sus sistemas. En este sentido, todas las constelaciones que se harán el día del taller estarán al servicio de cada uno de los participantes. No todas las personas que realizan el taller harán su propia constelación, sin embargo, todos trabajaremos en nuestro sistema familiar.
Sí, se puede. El principio de las constelaciones en línea es el mismo que el de las constelaciones presenciales. Cada persona desde donde se encuentra, pone al servicio su sistema familiar y se pone al servicio del sistema familiar de la persona que hace su constelación.
La persona que desea constelar explica el tema sobre el que quiere trabajar. Luego se elige una persona para que la represente y otra persona para que represente su tema o al miembro de la familia que puede estar involucrado en la situación.
Luego, la constelación se va desarrollando de acuerdo a lo que el sistema nos va mostrando gracias a los representantes; pueden ser lealtades, exclusiones, conflictos en alguna relación, etc. El facilitador propone frases para que quien está realizando su propia constelación pueda comunicarse con su sistema familiar a través de los representantes, buscando así, la armonía y la inclusión de todos los miembros de su sistema.
Lo primero que tenemos que hacer es respetar el orden jerárquico y eso significa tomar nuestro lugar de hijo/a y aceptar a nuestros padres exactamente como son, viviendo con total gratitud por la vida que nos viene de ellos y de nuestros ancestros. Lo más preciado que nos dieron fue la vida, y hoy estamos aquí gracias a ellos.
En las Constelaciones Familiares trabajamos con frases sanadoras para reconciliar el vínculo con cada uno de nuestros padres. Trabajar sobre ello, nos conduce como efecto dominó a conectarnos con la vida, con el presente, con la prosperidad, la abundancia y el éxito.
Desde la óptica de las Constelaciones Familiares nos interrogamos sobre nuestras expectativas como hij@s, practicamos la aceptación de los otros tal como son (empezando por nuestros padres), respetando las historias personales y el sufrimiento con el que ellos también cargaron, buscando así honrar la vida que nos viene de ellos, desde la gratitud, ya que nuestros padres, aunque no sabían ser padres, nos regalaron la vida.
Sí, siempre que estés involucrado/a en la problemática a resolver.
También podemos hacer una constelación para nuestr@s hij@s o niet@s, ya que forman parte de nuestra descendencia.
Por el contrario, es importante aclarar que respetando el orden de la jerarquía natural, no podremos hacer constelaciones para nuestros pares o para nuestros ascendentes. Es decir, que no podemos hacer constelaciones para nuestros padres, ni para nuestros abuelos; tampoco para nuestros hermanos, ni amigos. No obstante, sí podemos hacer una constelación para trabajar en nuestra relación con cualquiera de ellos.
Un niño o niña, con su amor incondicional, en cuanto ve que hay sufrimiento en su familia, se identifica con todo lo que ve, se angustia y se culpabiliza al ver que su madre, padre o hermanos sufren. Las constelaciones no son para ser vistas por un niño/a, sino por un adulto que es capaz de ver el sufrimiento y respetarlo, tomando distancia sin identificarse.